Romanticismo
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Delacroix participó en las revueltas que acabaron con la destitución del Rey Carlos X, y en 1830 las pintó en "La libertad guiando al pueblo", un cuadro donde enlazaba perfectamente la realidad con la alegoría, los héroes del pueblo junto a la Libertad encarnada en una mujer. La composición es un triángulo equilátero cuya base son los cuerpos de los muertos caídos en la defensa de sus ideas y una barricada sobre la se alzan tres figuras: en el centro una mujer con los pechos al descubierto y la bandera de Francia, la libertad, escoltada por un niño con pistolas, que representa el futuro de la sociedad, y la figura armada del propio pintor, con sombrero de copa, que representa a la burguesía, al lado del pintor hay un joven vestido con andrajos que simboliza a la clase obrera. En el fondo del cuadro se representa a la muchedumbre y el humo de la ciudad sublevada. Hay un gran equilibrio entre el clasicismo de la composición y la sensación de caos y destrucción que trasmite la escena. Como en otros cuadros de Delacroix todo es muy teatral y dramático, por lo tanto, perfectamente romántico. La paleta de colores es vibrante, sobre todo los tres colores de la bandera francesa portada por la libertad y que destaca en un entorno de tonos ocres, grises y marrones. La luz es muy contrastada dando una sensación de irrealidad. El cuadro fue comprado por el estado francés que lo consideró demasiado agresivo para ser mostrado al pueblo.

"La muerte de Sardanápalo" (1827) fue rechazada y provocó un gran escándalo por "su falta de perspectiva, su pincelada demasiado libre y sus deficiencias en el dibujo". Narra la historia del rey de Nínive que, amenazado de muerte, decide suicidarse con todas sus mujeres y caballos e incendiar el palacio y la ciudad para que el enemigo no se apropiara de ellos. Es un cuadro sensual y terrorífico a la vez, presidido por una inmensa cama roja alrededor de la cual se desarrolla una orgía de sexo y muerte. La iluminación genera una diagonal que va desde el monarca, arriba en lo alto, hasta el soldado que está matando a una mujer abajo a la derecha. Es una composición muy abigarrada donde las figuras parecen moverse a un ritmo endiablado y que, a pesar de las críticas, supuso el triunfo definitivo de la estética romántica.