TEXTOS

Las penas del joven Werther

https://drive.google.com/open?id=1DtsONMq3GPJzY8j53Nq7HB-TaaDXpaTx  "Las penas del joven Werther" Obra completa.  

https://drive.google.com/file/d/1eARO6VaC0RZHFsTFCxMWwVnXpWv14nGv/view?usp=sharing  "Las penas del joven Werther" Carta del 10 del mayo

https://drive.google.com/file/d/172N_pSM-On6btlL8cB4a_8VI6UAChqnH/view?usp=sharing Werther. Carta del 16 de junio.

https://drive.google.com/file/d/1t-di6MZrtKQxNf8TEYkBg7sFxYHU0Gp1/view?usp=sharing "Las penas del joven Werther" Carta del 12 de diciembre 




Giordano Bruno

¿Qué fue a buscar Bruno si no la muerte

con su regreso a Italia?

¿Qué podía encontrar un mago en medio

del odio y las cenizas?

La clara luz del Renacimiento, el aire

límpido de Fra Angelico y Benozzo

era ya hediondo humo y pestilencia.

La muerte encapuchada,

recorría las tortuosas callejas

de Roma. El empedrado conocía

los mentirosos pasos de los verdugos,

la oscura horca y el garrote.

El invierno observó al napolitano

mientras se acercaba fatalmente

a Italia. No esperó la primavera,

ciego como noche espesa.

Nueve años después el inquieto hereje

subió a los leños en Campo dei Fiori.

El olor horrible del cuerpo en brasas

alegró al Vaticano.

Desde la ventana de un tercer piso,

a la izquierda, Galileo Galilei

contempló horrorizado el asesino

trayecto de las llamas,

vio cómo ascendían al cielo insondable,

cómo se movían y ahogaban, cómo

el cuerpo se rindió entre los chisporroteos

y aullidos. Galileo

no resiste. El incendio de Giordano

es azogue de su propio tormento.

La abjuración se escribió esa tarde

de polvos y humaredas.

En la madrugada romana, la luz

se observa aún en la ventana. Y la sombra

de Galileo Galilei, apenada,

arrepentida, sola.

(Oliveros, 1999 

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